Es un proceso en el cual se desarrollan al máximo
las capacidades físicas intelectuales y afectivas del niño a través de una
serie de actividades para desarrollar habilidades en las áreas motriz, del
lenguaje, visual, cognoscitiva, socio-afectiva y táctil, con el objetivo de
formar seres autónomos y adaptados al medio.
Se aplica en los primeros años, ya que el 90% de
las conexiones sinápticas se forman en los primeros 7 años, mientras se lleva a
cabo la maduración el sistema nervioso.
Durante este periodo, el niño construye su
personalidad y autoestima a través de un proceso constante de interacción con
las personas que le rodean.
Estimulación no consiste en acelerar su desarrollo
sino en ofrecer a los niños la posibilidad de despertar sus capacidades.
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