Muchos de los males y preocupaciones que tenemos como adultos son debidos a
que hemos olvidado la alegría de
vivir, la inocencia y la naturalidad que teníamos cuando
éramos niños. Nos hemos adaptado al mundo de ahí fuera y hemos
perdido, en la mayoría de los casos, la conexión con el
niño que éramos, con el placer del estar por estar, vivir por vivir, e
ilusionarnos por cada nuevo descubrimiento que hacíamos cada vez
que aparecía algo diferente ante nuestros ojos.
Pero nuestro niño interior no ha
desaparecido, no ha dejado paso al adulto y se ha ido sin mas, sino que
se ha convertido en un componente oculto y reprimido en la mayoría de
los casos de nuestra personalidad a la cual no le damos salida.
Un instructor de estimulación temprana tiene que dejar salir su niño
interior para poder conectar con sus alumnos y así crear un ambiente favorable.
Un instructor de estimulación temprana debe ser:
Ø Exitoso
Ø Altos niveles de paciencia (No es saber esperar,
sino tener buena actitud cuando esperas)
Ø Entusiasmo
Ø Creatividad
Ø Amor por la formación y educación infantil
Ø Entender necesidades de niños y padres
Ø Buena relación con niños y padres
Ø Capaz de crear una atmósfera alentadora
Ø Expresión corporal
Ø Amable en su trato
Ø Ser ejemplo
Ø Sociable
Para tener un buen manejo de clase necesita:
·
Que sepa ganarse el respeto
de niños sin asustarlos
·
Representar figura de
autoridad para niños y padres
·
Controlar la clase mezclando
educación y diversión
·
Organización (muy
importante)
·
Crear ambiente acogedor y atractivo
(aprender jugando)
·
Ambiente educativo con
finalidades pedagógicas y medios didácticos.
El juego libre, el verdadero juego, el que deja espacio a la fantasía, a la
imaginación, a lo sorprendente, es la principal herramienta para alcanzar la
distracción y la desinhibición.
La
risa es más que un estado de ánimo. Es una realidad bioquímica que genera en
nuestro organismo diferentes respuestas que ayudan a combatir enfermedades. La sonrisa es una expresión de significado universal, que
se produce a flexionar los músculos risorios o cigomáticos, los cuales se
encuentran cerca de los extremos de la boca y también alrededor de los ojos.
Esta expresión es muy común en las personas y refleja buen humor, placer o
entretenimiento. La capacidad de sonreír constituye una de las diferencias
fisiológicas que existen entre el hombre y los demás animales.
La sonrisa no sólo cambia la expresión de la
cara, sino que, por el simple hecho de producirse, hace que el cerebro reciba
una señal indicadora que pondrá en marcha mecanismos para que produzca
endorfinas, unas hormonas que son segregadas por diferentes partes del
organismo y que tienen la función de reducir el dolor físico y emocional y de
darnos una sensación de bienestar.
La risa es una manifestación de alegría y
bienestar, también hay quien dice que es una sonrisa de mayor intensidad. Es
una de las conductas que nos diferencia del resto de los animales. De hecho,
suele ser uno de los rasgos que identifica a las personas con un alto nivel de
inteligencia emocional.
La risa
se encuentra en conexión directa con nuestra experiencia vital, así es como los
niños y niñas, que desde su llegada al mundo se dedican a disfrutar de todo lo
que les rodea sin preocuparse más allá de sus propias necesidades, están en
conexión directa con el presente, el aquí y el ahora.
Los
niños aprenden a través del ejemplo, por lo tanto, es la familia quien les
entrega las primeras enseñanzas de vida. Por eso es importante fortalecer la
expresión de la sonrisa como manifestación de optimismo y señal de que se
disfruta de las cosas cotidianas, de los propios logros, y también como una
manera de enfrentar con esperanza las derrotas.
Esa actitud pasa por entregarles mensajes coherentes y
una forma de vida que les permita valerse de cosas simples para enfrentar
grandes dificultades. Si un niño goza con pequeñas cosas como la luz y los
colores de un atardecer, el canto de un pájaro, las gotas de rocío o un arco
iris, probablemente durante su adolescencia o madurez encontrará en esos mismos
estímulos la protección contra posibles depresiones, o los verá como útiles
recursos para superar sus frustraciones. La risa, además de ser el mejor
antídoto para curar cualquier desarreglo del estado de ánimo, es también un
fabuloso elixir para mejorar nuestra comunicación con los demás, ya que
incrementa la espontaneidad, la creatividad, la expresión y la percepción
La risoterapia no consiste sólo en hacer reír a la gente
sin más, aunque a algunos esto ya les bastaría, sino que es una divertida
disciplina terapéutica que consigue despertar en pocos minutos nuestra
capacidad de sentir, de amar, silenciar nuestras preocupaciones, incrementar
nuestra creatividad, sencillamente utilizando la risa como camino. Es una forma
de alinearnos con el bienestar, la conciencia y la salud física emocional
No hay comentarios:
Publicar un comentario